Para este proyecto nos apoderamos del mundo del pensamiento y el cerebro como forma. Damos forma al pensamiento y al famoso Claim “Pineso, luego Yoigo” a través de una gran masa de nubes, lo etéreo lo convertimos en tangible. A través de lo tangible dotamos a las tiendas de elementos únicos y distintivos. Nuestro querido logotipo Yoigo se reduce en tamaño, deja de ser un reclamo visual que indicaba “AQUÍ ESTOY” (externo, de gran dimensión) para pasar a formar parte de la estructura intrínseca del local, es una estructura que se talla y crea su forma, una pieza única que se configura como el pilar fundamental del espacio, ahora “SOY” , soy pensamiento hecho realidad, soy contenido y no continente.